Hace unos días un grupo de artistas gaditanos ha querido rendir un homenaje a uno de los cantaores que más ha contribuido a que el nombre de la ciudad se entendiera no solo como lo que ha sido a lo largo de siglos sino además como una manera de ser y entender lo flamenco.Juan Sarabia, para el mundo artistico Chano Lobato, murió cuando se iniciaba la Semana Santa de este año.Y aún cuando lo esperábamos, por su mala salud, nos causó una gran impresión.

A lo largo de su larga carrera profesional, Chano había conseguido el aprecio y afecto de casi todos los que pasamos por su lado.

Yo lo conocí como artista y de una manera directa a final de los 70 cuando andaba dejándome atrapar por el flamenco a través de la fotografía.En aquella época, le recuerdo como un cantaor "de atrás".Cantando para bailar.Dominando el compás como muy poca gente. Pero cuando tuve la oportunidad de tratarle de una manera más directa fue en los últimos 10 años. Chano empezó a ser reclamado como un cantaor pa´lante y sus actuaciones en solitario se sucedieron a un ritmo que él jamás había soñado.Por otro lado, sus visitas semanales a Canal Sur Radio donde intervenía cada miercoles con Matilde Coral, nos acercaron bastante.

Chano entrega a Miguel Poveda el premio Flamenco de El Público

La casualidad quiso que en frecuentes ocasiones coincidiera con Chano. Recuerdo que una de ellas fue en el AVE. Yo estaba en Córdoba siguiendo su Concurso Nacional de Flamenco y fui invitado a la presentación en Madrid del Festival de La Unión, donde se le daría un homenaje.Cuando subí al tren y me dirijí a mi asiento tuve la agradabilísima visión de encontrarme con "el tío Chano", como muchos le llamábamos cariñosamente."Hola sobrino" ¿a donde vas?, me preguntó.Le dije que al mismo lugar y acto que él y a partir de ahí perdí la noción del tiempo.El viaje se convirtió en mi embelesamiento total escuchando sus mil y una historias.La mayoría se las había escuchado.Pero el siempre hacía una versión, adapatada y corregida para cada ocasión, de como Ignacio Espeleta, con su borrachera, había dado vida al "tiritirán" que identificaría universalmente a los cantes de Cádiz. Chano era un caudal inagotable de historias, anécdotas y vivencias.Me recordaba la figura del cuentacuentos. Yo lo consideraba un "Séneca". Y me niego a admitir que era un embustero.Daba su visión personal a cada secuencia de la vida.

He querido compartir con quien me lea estas imágenes de mi archivo tomadas en mis diferentes encuentros con el genial cantaor.

Dos retratos que hice a Chano en 2002 y 2007

En el espectáculo A las seis y seis en punto con Carmen Linares y Manolo Franco.Ronda 2006 Retrato de estudio.Sevilla 2005 Teatro de la Maestranza de Sevilla.Espectáculo Soy del 27, escrito para él por José Luis Ortíz Nuevo, que le acompaña con Rocío Molina al baile y la guitarra de Juan Habichuela Preparando una entrevista en el Festival de Nimes 2004

Recuerdo turístico ante Les Arenes-Plaza de Toros de Nimes Dirigiendo una orquesta imaginaria. (Pertenece a las últimas fotos que le hice) Como decía al principio, el siete de octubre, se rindió un homenaje a Chano en el teatro Falla de su ciudad natal.Era una asignatura pendiente.En vida, le tributaron su respeto festivales como los de Nimes/Francia y La Unión.Sevilla lo hizo en el magnífico escenario del Maestranza. El encuentro gaditano, me cuentan que fue una noche mágica.Yo puedo dar fe de lo que he podido escuchar de los artistas que figuraban en cartel: Antonio Reyes, Encarna Anillo, Felipe Scapachini, Carmen de la Jara, El Junco, Miguel Poveda, David Palomar, Juán Villar, Nano de Jerez, Mariana Cornejo, Antonio Higuero, Jesús Guerrero, Eduardo Rebollar, Niño Jero, Antonio Carrión, Rafael Rodríguez, Alfredo Lagos, Diego Montoya, Perico el de la Chana, Tate Núñez.

Lo que pude ver en Canal Sur Tv fueron unas breves imágenes que resumían el evento con un cante por alegrías de Miguel Poveda, con letras alusivas a Chano, mientras Matilde Coral, llenaba el escenario con la magia de su baile.

Hoy me vinieron a la memoria recuerdos entrañables de Chano, de su dulce cante. Del que suena aún en mi memoria mezclado con sus historias.